13 de diciembre de 2012

The end of this year is coming.

Espero que el año termine pronto. Tuvo demasiados cambios a los que yo nunca me pude acostumbrar. De hecho, creo que ya lo hice. Ya los vivi, y se que los voy a seguir viviendo toda mi vida.
Fue un año bastante distinto y particular. Haber empezado la facultad te incluye en un mundo distinto, raro, pero a su vez agradable e independiente. Te hacen ver la vida desde una perspectiva un poco mas madura, mas adulta. Analizás más las cosas, apreciás más los momentos que vivís. Por lo menos eso hice yo.
Este año conocí personas increíbles y también desconocí personas que creí increíbles. Sumé amistades nuevas a mi camino. Reforcé la unión de otras. Regué mis sueños y metas. Pasé por emociones tan antagónicas. Y me conocí un poco más a mi misma. Aprendí a pensar más en mi. A rodearme de las personas que son para siempre y restarle importancia a los malos momentos vividos, pero sin olvidarlos, porque de ellos aprendemos. Creyendo que siempre algo bueno me espera, dentro de poco o mucho, no se.
Realmente siento que estoy cambiando, cambiando mi personalidad, mi forma de ver al mundo, y necesito que haya un cambio también a mi alrededor, uno bueno, alguna señal que me diga que está bien lo que estoy haciendo. O tal vez necesito que comience otro año, poder empezar de nuevo. Hacer una especie de borrón y cuenta nueva, sin necesidad de olvidar lo que viví.

26 de noviembre de 2012

Si cada uno de nosotros somos la mitad de un alma. ¿Cómo pretendemos funcionar bien?
Tal vez eso explica por qué cometemos tantos errores, o quizás no.

31 de octubre de 2012

Llegaste tarde. Llegaste tarde para ver cómo ella se iba en ese barco. Llegaste tarde para impedirlo. Pero ella se alegró de que no aparecieras en el momento justo. Hubieras arruinado la despedida.
Ahora ella está bien, encaminada hacia la felicidad, buscando nuevos caminos, sin una marmota egoísta que destruye todo a su paso.
Esta vez, ella ya no está a tu alcance.

29 de octubre de 2012

Lo leí y me hizo pensar bastante...

Todos conocemos el poder que tienen las palabras y la manera en que pueden afectarnos cuando la intensión es poco afectuosa, por lo tanto: ¿Somos conscientes de lo que le decimos a los demás? Las palabras pueden llegar a sanarnos o a enfermarnos, a animarnos o destruirnos anímicamente.
Las palabras primero se piensan. Los pensamientos crean nuestra realidad.
Los pensamientos, los sentimientos, las palabras y las emociones son energía. La calidad de esa energía, influye en nuestra vida.
Si nuestros pensamientos son positivos, tendremos resultados positivos.
Si por el contrario tenemos pensamientos negativos, crearemos una realidad repleta de situaciones que nos espejen la calidad vibratoria de nuestros pensamientos.
Uno de los mayores poderes que tiene el ser humano, es ser capaz de cambiar su programación mental. El pensamiento y la imaginación son elementos que crean la realidad que preferimos.
Imaginemos como si viéramos la película de nuestra vida que más nos gusta, sucediendo en nuestra mente. Los tibetanos dicen: “Velo sucediendo y eso sucederá”.

Podemos manejar la energía, podemos hablar dulcemente, dar afecto y provocar alegría, podemos tender la mano y hacer mas liviana la carga de algunos, podemos hacer personas felices con sólo procurarlo, esta capacidad es nuestra mejor ventaja en este mundo. Osho
¿Cómo hablás con los demás? ¿Sos más amable con los desconocidos que con los más cercanos?
¿Qué les transmiten tus palabras? ¿Señalás los defectos continuamente con ánimo despectivo o reforzás las virtudes?
¿Qué te decís a vos mismo? ¿Cómo es el contenido de pensamientos en tu dialogo interno?
¿Descalificás con tus palabras? ¿Podés observar el malestar que le causas en la estima al otro cuando lo menospreciás y aún así lo seguís haciendo?


Una palabra irresponsable: Puede encender discordias y fuegos difíciles de apagar.
Una palabra cruel: Puede arruinar y derribar todo lo que se había edificado en una vida.
Una palabra de resentimiento: Puede enfermar a una persona, como si le claváramos un cuchillo en el corazón.
Una palabra brutal: Puede herir y hasta destruir la autoestima y la dignidad de una persona.
Una palabra amable: Puede suavizar las cosas y modificar la actitud de otros.
Una palabra alegre: Puede cambiar totalmente la fragancia y los colores de nuestro día.
Una palabra oportuna: Puede aliviar la carga y traer luz a nuestra vida.
Una palabra de amor: Puede sanar el corazón herido.
Porque las palabras tienen vida.
Son capaces de bendecir o maldecir, de edificar o derribar,
de animar o abatir, de transmitir vida o muerte,
de perdonar o condenar, de empujar al éxito o al fracaso,
de aceptar o rechazar.

28 de octubre de 2012


Son esas situaciones de la vida que nos superan. Que pasan por encima nuestro, arrollando todo lo que sentimos, lo que hacemos, lo que expresamos.. dejándonos anonadados, ciegos, inmóviles, sin saber qué camino seguir, ni qué decisión tomar. No podemos pensar, ni actuar. Nos convertimos en un cuadro, un inútil cuadro que sólo sirve para decorar la habitación, mientras alguien más vive por nosotros.

24 de octubre de 2012

Y ahora eran sólo ellos dos, nadie más. Sol y cielo, juntos, unidos. Ni la lluvia podría separarlos, ni las nubes. Hacía varios meses que esperaban este momento. Ahora era su tiempo.. su verano, al fin..

13 de octubre de 2012

Y puedes ver que mi mundo no está al revés. Que cada parte es porque lo ves. Cada vez que giro, nunca estoy igual. Todo lo que ves, es lo que soy.



3 de octubre de 2012

No podemos pretender nada, de nadie.


Uno de los grandes errores que suelo cometer, es creer que las personas pueden llegar a pensar como yo, actuar como yo, entre otras cosas. Lo malo de ser pretenciosa de esta manera, es que atrae como imán las desilusiones, tanto propias como de las personas que nos rodean.
Suelo pensar que frente a un problema, algunas personas actuarían como yo. Se podría hablar seriamente respecto del tema a solucionar, pero a veces optan por dejar que el tiempo se lleve el malestar y que se solucione con días soleados, imaginarios por supuesto, porque esos temas inconclusos nos esperan ahí, en alguna cajita que hicimos, para que no nos molesten en el momento. Mientras yo cargo todos los días con problemas, que tal vez no son sólo míos, y siempre trato de solucionarlos cuando aparecen.
Suelo pensar que alguien me quiere con la misma intensidad como yo suelo querer. Si la otra persona no me quiere, me desilusiono. Si soy yo la que no quiere, entonces desilusiono. Y en este momento, pretender es malo para el corazón. Pretender que se enamoren como vos querés que lo hagan. Pretender ser alguien importante en su vida, la persona que puede cambiarle un mal día. Simplemente duele, porque creés que es así para todos. Y no. Entonces caemos en picada.
Suelo pensar más en la felicidad de los demás que en la propia. Dejo que ellos la construyan sin importar si pisan la mía. Mi felicidad suele depender de la felicidad del otro, pero pocas veces me llega alegría. Creer que ellos podrían hacer algo así por mi es un error que por suerte, no cometo.
Sólo vivo desilusionándome.
Me siento cansada, cansada de dar y no recibir, cansada de querer y que no me quieran. Cansada de ser fiel y que me traicionen, cansada de tantas cosas.. pero sigo de pie, trato de seguir de pie.
Ya no voy a esperar nada de nadie, voy a hacer lo que a mi me parece. Pensar más en mi, en mi felicidad, en las cosas que me hacen bien o en las personas que me hacen bien e incluírlas en mi camino. A veces necesitamos ser un poco egoístas. Siempre dejé que el resto tomara lo que yo les dejaba, ahora ya no. Ahora voy a ser la primera que llegue a la meta.

30 de septiembre de 2012

Volando en el aire, sin pisar sueños.

Hace un rato terminé de ver una película. Y me llamó mucho la atención el discurso de un personaje, el principal para ser exacta. Hablaba sobre el cargar una mochila, imaginaria por supuesto. Con todas las cosas que son parte de nuestra vida, absolutamente todas. La casa, los electrodomésticos, la ropa, los cajones, todo. Y agregar a las personas que nos rodean. Los vecinos, compañeros de trabajo, amigos de amigos, amigos, tíos y tías, primos y primas, hermanos y hermanas, padres, esposos, novias o novios. Desde los menos importantes hasta los mas cercanos. E imaginar las tiras en nuestros hombros, pesadas por los compromisos, las responsabilidades. Por todo lo que llevamos dentro. Y lo que más pesa para él son las relaciones con los demás.
Su filosofía de vida es la de vaciar esa mochila, despojarse de todo lo que resulta una carga. Pero el error que comete es la de cargarse él mismo únicamente. Mientras menos pesa, mejor se puede caminar.
Pero ¿qué sentido tiene el caminar solo en la vida?
Otro de los personajes principales le replica que su forma de vida (viajes de trabajo los 365 días del año) es una coraza que él mismo provoca para no afrontar la realidad. No tener tiempo para las relaciones, porque cargan emociones sobre nosotros. Conformarse sólo con encuentros casuales, sin perder la exagerada autonomía. Pero muchas veces, eso hace que en algún momento, nuestra mochila vacía pese más, aun sin contenido alguno. Ya no es la mochila lo que nos oprime hacia la tierra, sino nosotros mismos sobre nuestras emociones. Esas que nunca dejamos surgir se vuelven nuestro propio peso.
Durante el transcurso de la película, el personaje reflexiona sobre su vida en general, los viajes, la familia, el empleo, los sentimientos.. Entonces es cuando busca cambiar, busca volver a cargar su mochila. Ahora sólo con las personas que quiere conservar para toda la vida, aquellos momentos que lo llenan de felicidad. Porque es ésta la que hace que la carga sea leve, es el amor lo que nos hace soportar el peso de nuestras emociones, es la esperanza la que nos hace caminar hacia la vida.
Pero el protagonista no tuvo tanta suerte al querer incluir en su vida aquella relación que mantenía casualmente en su, podríamos decir, "anterior" vida o camino.
Lo que me lleva a reflexionar es que a veces tenemos oportunidades para cargar nuestra mochila y no las aprovechamos. Necesitamos un golpe en la cabeza, algo que nos haga ver realmente lo que llevamos en nuestras espaldas, y si es lo que queremos cargar el resto de nuestras vidas.. esperando, siempre esperando, que nunca sea demasiado tarde.

29 de septiembre de 2012

Dame razones que mi razón no entienda, para creer que hay motivos que me motiven a razonarte.

23 de septiembre de 2012

Entre el amor y el desamor, ¿cuántos corazones rotos hay?
Entre el bien y el mal, ¿cuántos caminos existen?
Entre el blanco y el negro, ¿cuántos grises formamos?
Entre hacer lo correcto y hacer lo que queremos, ¿cuántas oportunidades perdemos?
Entre un si y un no, ¿cuántas opciones tenemos?
Entre ver y creer, ¿qué es lo que verdaderamente hay?
Entre locura y realidad, ¿qué estamos dispuestos a seguir?
Entre ser y estar, ¿podemos ser sin estar? ¿o estar sin ser?

18 de septiembre de 2012

Pretérito perfecto simple y terminado.


Hasta hace un tiempo mi corazón intentaba recuperar aquello que lo hacía delirar, palpitar en extremo. Hoy puedo decir que ya se cansó. Se cansó de esperar algo que sabe que no ocurrirá. Se cansó de los sueños frustrados, de las desilusiones, de las señales mal interpretadas. Mi mente sabe que el pasado no puede volver siendo el mismo, por eso estaba decidido desde que el amor se fugó.
Hoy puedo decir (y me alegra hacerlo) que ya no es sólo la cabeza, la mente la que quiere cambiar de camino, sino también mi corazón. Y cuando éste está decidido, no se debe esperar.
Por lo tanto, a disfrutar del presente, que es lo único real. Sin pretender que el pasado arruine mi futuro.

12 de septiembre de 2012

Quiero caerte del cielo, ser tu estrella, que fugaz por la noche juega con tus lunares, y de día te desvela con sus sonrisas.

2 de septiembre de 2012

Intento escapar de lo que me hace mal.
Si, ya lo se. No es la mejor opción, pero es lo único que me vuelve a la realidad. Si no intentara escapar del dolor, no me sentiría viva. Si no escapara de vos, me encontraría... No quiero encontrarme, no quiero ver en el reflejo de tus ojos otra vez a esa pobre chica que se ilusionó una vez más, creyéndose enamorada. Ella fue muy ingenua, se dejó atrapar por tu hablar, se dejó acariciar por tus miradas. Pero no escuchó con atención tus palabras... con ellas le decías todo, prácticamente le relatabas el final.
Por eso huyo, huyo de mi misma, aunque te busque en cada rincón de mi vida. Huyo hasta que sólo seas polvo en mis sueños y no mi príncipe inalcanzable. No quiero compartir el cariño que te tengo, con el dolor. No parecen compatibles, pero así mismo van de la mano. El cariño lo di yo, el dolor vos.
Sólo pienso que aceptaría vivir con aquel dolor, mientras vos estés presente. Yo te daría mi cariño incondicional, como siempre lo fue... desde que soñé con que algún día existieras de verdad.

29 de agosto de 2012

"Un hombre es la imagen de una ciudad y una ciudad las vísceras puestas al revés de un hombre. Un hombre encuentra en su ciudad no solo su determinación como persona y su razón de ser, sino también los impedimentos múltiples y los obstáculos invencibles que le impiden llegar a ser."


Su locura no es de esas que daña, su locura es de esas que te hace feliz. 


25 de agosto de 2012

Corazones.

"-Entonces, ¿para qué debo escuchar mi corazón?
-Porque no conseguirás jamás mantenerlo callado. Y aunque finjas no escuchar lo que te dice, estará dentro de tu pecho repitiendo siempre lo que piensa sobre la vida y el mundo.
-¿Aunque sea traicionero mi corazón?
-La traición es el golpe que no esperas. Si conoces bien a tu corazón, el jamás lo conseguirá. Porque tú conoces sus sueños y sus deseos, y sabrás tratar con ellos. Nadie consigue escapar de su corazón. Por eso es mejor escuchar lo que te dice. Para que jamás venga un golpe que no esperabas."
“Aunque proteste un poco –decía su Corazón- es porque soy un corazón de hombre, y los corazones de hombre son así. Tienen miedo de realizar sus mayores sueños porque consideran que no los merecen o no van a conseguirlos. Nosotros, los Corazones nos morimos de miedo solo de pensar en los amores que partieron para siempre, en los momentos que podrían haber sido buenos y que no lo fueron, en los tesoros que podrían haber sido descubiertos y se quedaron para siempre escondidos en la arena. Porque cuando esto sucede, terminamos sufriendo mucho”
"- Mi corazón tiene miedo de sufrir – dijo el muchacho al Alquimista, una noche en que miraban al cielo sin luna.
- Explícale que el miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento. Y que ningún corazón jamás sufrió cuando fue en busca de sus sueños, porque cada momento de búsqueda es un momento de encuentro con Dios y con la Eternidad."
“Cada hombre sobre la faz de la tierra tiene un tesoro que lo está esperando – le explicó-. Nosotros, los Corazones, acostumbramos a hablar poco de esos tesoros, porque lo hombres ya no tienen interés en encontrarlos. Sólo hablamos de ellos a los niños.. Después dejamos que la Vida encamine a cada uno hacia su Destino. Pero desgraciadamente, pocos siguen el camino que les ha sido trazado, y que es el Camino de la Leyenda Personal, y de la felicidad. Consideran el Mundo como algo amenazante y justamente por eso el Mundo se convierte en algo amenazador. Entonces, nosotros los Corazones vamos hablando cada vez más bajo, pero no nos callamos nunca. Y deseamos que nuestras palabras no sean oídas, pues no queremos que los hombres sufran porque no siguieron a sus corazones."
(Paulo Coelho - El Alquimista)

20 de agosto de 2012

Razón y emoción. Un equipo.

Vivimos inmersos en una enraizada creencia que hace de nosotros verdaderos campos de batalla, escenarios individuales de una sorda guerra civil. Esa creencia enfrenta al pensamiento con la emoción como si fueran no sólo opuestos sino, además, excluyentes. Hay personas que se definen a sí mismas como “racionales” y otras que se proclaman “emocionales”. Se supone que las primeras son frías y que las guía un meditado cálculo de posibilidades, mientras que las segundas se mueven sobre la base de impulsos e intuiciones. Para llegar a esas categorías los “racionales" suponen haber enjaulado, o directamente eliminado, las imprevisibles y caóticas emociones, en tanto que los “emocionales” creen haberse liberado de los rígidos ordenamientos de la razón. Uno no “se deja llevar”. Los otros se “entregan”. Los unos sospechan de los otros, y viceversa. A la corta o a la larga, ambos transitan la vida con limitaciones.
¿Los diestros logran vencer a su mano izquierda? ¿Los zurdos se imponen sobre su mano derecha? Absurdas preguntas, sin duda, puesto que venimos al mundo dotados de ambas manos, que no son opuestas, sino complementarias, como se advierte a la hora de aplaudir, de enhebrar una aguja, de coser un botón, de abrir un frasco, de atarse los zapatos o de tomar entre ambas el rostro de un ser querido. De la misma manera, se nos ha concedido la emoción y la razón, el sentimiento y el pensamiento, como componentes indisolubles de nuestro aparato psicoafectivo. Esto no se elige. La razón y la emoción son complementarias. Pretender disociarlas es una ilusión que nos confunde y empobrece.
En una sociedad que procura vivir en la certidumbre, no correr riesgos, tener respuesta para todo, eliminar los misterios, dominar la naturaleza, controlar el azar y desterrar el imponderable, es lógico que se intente domar las emociones. Desde el racionalismo, nacido en el siglo diecisiete (con René Descartes), al que se sumó en el diecinueve el positivismo (con John Stuart Mill y Augusto Comte a la cabeza), este sistema de creencias se fortaleció y, con él, la aspiración de los humanos a ser demiurgos, pequeños dioses autosuficientes.
En ese contexto, la emoción, el sentimiento, las sensaciones, perturban, molestan, inquietan, recuerdan que hay algo incontrolable. Tienen que ser devaluadas, dominadas, sometidas al imperio de la razón. Pero no elegimos nuestras emociones. Las sentimos. Son reacciones naturales ante situaciones de la vida. “Vivir encierra, por definición, el riesgo de sufrir, pero también la posibilidad de explorar, experimentar, aprender a constituirse y ser”, advierten Jaime Soler y Mercé Conangla en La ecología emocional, obra que sienta las bases de su propuesta de autoconocimiento. “Somos sistemas abiertos de energía, seres espirituales que necesitamos intercambiar no sólo ideas y conceptos, sino también sentimientos y emociones”. No elegimos nuestras emociones. Pero podemos elegir cómo vivirlas. El médico y psicoterapeuta Norberto Levy, sabio explorador del mundo emocional, escribe en Aprendices del amor. “La función de la mente es coordinar y posibilitar las emociones. La mente inmadura no sabe cómo interactuar con las emociones y, desde su ignorancia, intenta resolver el problema de las emociones dominándolas o suprimiéndolas”. La mente madura, en cambio, reconoce la emoción y le propone un curso, una acción. Como la mente no está condenada a su inmadurez, antes que enfrentarla con el mundo emocional se trata de ayudarla a madurar. La falsa dicotomía pensamiento-sentimiento (que reduce y empobrece nuestras herramientas existenciales) no es, así, un problema de las emociones, a menudo blanco de la represión racionalista, sino de la mente, que ha quedado desconectada de un valioso yacimiento de información acerca de nuestro ser, pues cada emoción encierra un mensaje. Cuando la mente madura, la emoción aflora en toda su riqueza y, juntas, profundizan nuestro estar en el mundo.
Me inventé un futuro sin vos... y encontré un vacío.

16 de agosto de 2012


Espero que el amor de mi vida venga con instrucciones. Aunque sería poco divertido conocerlo, enamorarlo, adivinarlo. Lo único que nos puede servir, es la parte en la que comenta los errores que suele tener nuestro chico. Porque si leés que es un ladrón de corazones, tal vez no te arriesgarías a dejar las instrucciones.



"- Los hombres de tu tierra – dijo el principito -, cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín... y no encuentran lo que buscan.
- No lo encuentran – respondí.
- Y sin embargo, lo que buscan podría encontrarse en una sola rosa o en un poco de agua...
- Desde luego – respondí.
Y el principito agregó:
- Pero los ojos son ciegos. Hay que buscar con el corazón."

11 de agosto de 2012

No eras nadie. Pero fuiste mi todo. Y ahora yo no soy nadie..
...nadie que merezca tu traición.
...nadie que necesite tu arrogancia.
...nadie que crea tus excusas.

9 de agosto de 2012

8 de agosto de 2012

Todo cuesta.

Cuesta tanto cambiar de camino que duele. Como si nos aprisionaran el corazón, como si ese cambio fuera sólo para mal y que podemos arrepentirnos fácilmente. Pero es lo único que nos queda. Y más cuando sabemos que el camino en el que estamos se está mojando, y cuesta dar cada paso porque nuestros pies se hunden en el barro. Porque sabemos que ese camino no nos lleva a ningún destino, o más bien nos lleva a un destino no deseado.
Esta vez no es sólo la mente la que quiere cambiar, sino también el corazón. Y cuando éste decide cambiar de camino, no se debe esperar.

6 de agosto de 2012

Recordar siempre.

"Confía en tu corazón si los mares se incendian, y vive con amor aunque las estrellas retrocedan."


30 de julio de 2012




¿A dónde va todo lo que queremos decir y no decimos? 
¿Cuántas veces no decimos por miedo a herir? 
¿Cuántas veces no decimos por miedo a que nos hieran? 
¿Cuántas veces nos rendimos antes de intentar? 
¿Cuántas veces escribimos y borramos lo escrito? 
¿Cómo es que podemos vivir ocultando lo que sentimos? 
¿Qué tan mal nos hace eso? 
¿Acaso no hay un día en que el orgullo pese menos que el corazón? 
¿Por qué nos asusta sentir? 
¿Somos felices porque nos quieren, o porque nosotros somos los que queremos? 
¿Existen las casualidades o todo pasa por algún motivo? 
¿Por qué nos sentimos vacíos cuando una persona se va? 
¿Cómo se hace para soportar tanto dolor emocional? 
¿Cómo seguir nuestro camino sin que duela pisar las piedras?

¿Cómo contestar tantas dudas?

...


Toma una sonrisa, regálala a quien nunca la ha tenido.
Toma un rayo de sol, hazlo volar allá en donde reina la noche.
Descubre una fuente, haz bañar a quien vive en el barro.
Toma una lágrima, ponla en el rostro de quien nunca ha llorado.
Toma la valentía, ponla en el ánimo de quien no sabe luchar.
Descubre la vida, nárrala a quien no sabe entenderla.
Toma la esperanza y vive en su luz.
Toma la bondad y dónala a quien no sabe donar.
Descubre el amor y hazlo conocer al mundo.
Mahatma Gandhi

28 de julio de 2012

Te lastiman tanto siendo como sos, que querés jugar a ser alguien más.

Crecí y me di cuenta que las cosas no tienen que ser extraordinarias para ser hermosas, las cosas comunes también lo son.

26 de julio de 2012

Cuando estamos tristes.
Cuando nos va mal en un examen.
Cuando tuvimos un mal día de trabajo.
Cuando nos sentimos solos, alejados.
Cuando creemos que nadie nos ve.
Cuando nos hieren.
Cuando no podemos seguir un camino.
Cuando tropezamos.
Cuando lloramos.
Cuando perdemos a un ser querido.
Cuando nos sentimos en caída libre.
Cuando nos sentimos perdidos.
Cuando nuestros proyectos fracasan.
Cuando nuestros sueños parecen lejanos.

Para todos estos momentos necesitamos de un abrazo. Aquel que nos hace sentir protegidos. Aquel que dice "no te preocupes, no estás solo". Ese que seque nuestras lágrimas, y nos ayude a enfrentar nuestros problemas. Porque de seguro los abrazos no curan nuestros males, no los quitan, pero cuánto los alivia si el abrazo es verdadero.

25 de julio de 2012

Como una rosa que corta sus propias espinas para no lastimar a nadie que se le acerque... 


 pero siempre es ella la que termina lastimada.

20 de julio de 2012

17 de julio de 2012

Es un mundo de hombres.

 

Uno de los mejores de la temporada. Gran voz, admirable. Canción perfecta.
"Poniéndote una careta en el corazón, pretendes olvidar."

Tal vez..

It's raining and I don't care.

A veces, estos días nublados y de lluvia los pienso como un mensaje. Algo que nos dice que bajemos un cambio, tomemos el día con calma y pensemos mas sobre algunas cosas. Para que nos demos cuenta que tal vez vivimos sin pausas, que queremos llenar todos nuestros supuestos vacíos, sin pensar que estas pausas, tal vez son los mejores momentos en la vida.


6 de julio de 2012

Charla entre la razón y el corazón.

Lo encontré en un blog, y me llamó mucho la atención, así que lo re-publico para tenerlo presente.

¿Y si en realidad el tiempo no lo pudiese todo, si no fuese tan cierto que las cosas con el pasar de los días se van olvidando, o las heridas no se van cerrando, cuantas cosas cambiarían?
Porque es muy fácil pensar que con solo dejar pasar los días, meses o años las cosas se solucionan, y lo peor es que uno se auto convence, y se cree un superado, alguien que tuvo la suerte de superar un dolor y sobreponerse, y se vuelve a sentir fuerte.
Sin embargo, un buen día, quizá el menos pensado, todo el castillo que creías tan sólido comienza a temblar, porque te encuentras de nuevo cara a cara con el dolor, con ese sentimiento tan helado y tan dormido del que ya casi ni te acordabas, y que, muy a pesar de todo, sigue ahí, y comienza a despertarse con todas las fuerzas acumuladas por el tiempo en que estuvo inactivo y quiere salir, quiere gritar que está vivo y que va a dar pelea, porque la RAZÓN piensa:
”¡Otra vez no! ¿o acaso no te acuerdas el tiempo que te costó volver a ponerte en pie?, ¿o no te acuerdas de esas noche sin dormir, de esos desvelos y angustias, de tus días vacíos, de tus noches sin estrellas?
¿Quieres realmente volver a vivir todo eso, o ahora que ya estas de pie no sería mejor que anduvieras por otros caminos? Porque, sinceramente, amores no te faltan, tienes la capacidad de enamorar a quien quieras, y te vas a hacer problema por un hombre/una mujer que, en realidad, no sabes si te quiere, no sabes si te engaña?
¡Piensa! ¡no te equivoques! Una vez creíste tocar el cielo con las manos y en un instante descendiste al más profundo de los infiernos, ¿crees que vale la pena?
Haz lo que te digo, no existen los amores eternos, y seguramente, todo eso lo único que te va a hacer es ilusionarte y volverte a lastimar“
Y se hace un silencio eterno…
El CORAZÓN, aturdido por las palabras de la RAZÓN, se queda sin aliento, pero después de un rato de pensar, donde la RAZÓN ya creía tener ganada la partida, el CORAZÓN replica:
“No sé si tus palabras son del todo ciertas, pero sí se que no son tampoco del todo equivocadas: no es lo mismo pensar que sentir, no es lo mismo razonar que hacer las cosas impulsivamente, porque los que piensan son aquellos que nunca se arriesgan, y pobre de aquel que no esté dispuesto una vez en su vida a perderlo todo por la persona que ama, pobre de aquel que no está dispuesto a olvidar, porque nunca será perdonado, pobre de aquel que es tan ciego y vacío, que no es capaz de dejar de lado todas las trivialidades de la vida por amor. Pobre de quien teniendo en frente el amor de su vida, no es capaz de quitarse la careta y sentir.
Porque el amor no sólo es alegría, no solo es paz y ternura, el amor es también dolor y lágrimas, es angustia y desvelo, es muchas cosas, pero bueno… la verdad es que no sé qué pesa más, si la RAZÓN o el CORAZÓN.
Lo que si sé es que si uno no siente se transforma simplemente en una roca, una cosa que no es capaz de demostrar cariño y confianza, un cuerpo sin alma.
Por eso creo que uno debe jugarse por lo que siente, le puede salir bien o mal, puede equivocarse o vivir el resto de su vida con la persona que ama. Lo que sí es cierto es que jamás perdonaría a alguien que por rencor o desconsuelo no sea capaz de tomar a la persona que ama, y gritarle a todo el mundo que por ella daría la vida.
Y, por último, otra cosa que tengo bien clara, es que el que se enamora soy yo, y el amor se siente con el CORAZÓN, no con la CABEZA“.
Se hizo el silencio… y, sin mediar palabra, el CORAZÓN, decidió tomar el camino correcto… y fue tras el amor…

¿Es ése el camino correcto realmente?

5 de julio de 2012

Como agua para chocolate.

En 1669, Brandt, químico de Hamburgo, buscando la piedra filosofal descubrió el fósforo. Él creía que al unir el extracto de la orina con un metal conseguirla transmutarlo en oro. Lo que obtuvo fue un cuerpo luminoso por sí mismo, que ardía con una vivacidad desconocida hasta entonces. Por mucho tiempo se obtuvo el fósforo calcinando fuertemente el residuo de la evaporación de la orina en una retorta de tierra cuyo cuello se sumergía en el agua. Hoy se extrae de los huesos de los animales, que contienen ácido fosfórico y cal.
Mi abuela, Luz del amanecer, una india Kikapoo, decía que todos nacemos con una caja de fósforos en nuestro interior y que no los podemos encender nosotros solos. Necesitamos, como en este experimento, del oxígeno y de la ayuda de una vela. Sólo que en nuestro caso, el oxígeno debe provenir por ejemplo del aliento de la persona amada. La luz de la vela puede ser cualquier cosa, una melodía, una palabra, una caricia, un sonido. Algo que dispare el detonador y encienda una de las cerillas.
Cada persona tiene entonces que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, ya que la combustión que se realiza al encenderse uno de ellos, es lo que nutre de energía al alma. Si no hay detonador para los fósforos entonces la caja de cerillas se humedece y ya nunca podremos encender uno solo de ellos. Si eso llega a pasar el alma huye de nuestro cuerpo, camina errante por las tinieblas más profundas tratando vanamente de encontrar alimento por sí misma, ignorante de que sólo el cuerpo que ha dejado inerte, lleno de frío, es el único que podría dárselo. Por eso hay que permanecer alejados de personas que tengan un aliento gélido. Su sola presencia podría apagar el fuego más intenso.
Mientras más distancia tomemos de estas personas, será más fácil protegernos de su soplo. El alma desea integrarse al lugar donde proviene, dejando al cuerpo inerte.
Hay muchas maneras de poner a secar una caja de cerillas húmeda. Se puede estar seguro que sí tiene remedio, claro que también es muy importante encender las cerillas una por una, ya que si por una intensa emoción llegamos a encender todas de un solo golpe, se produce un resplandor tan fuerte que aparece ante nuestros ojos un túnel, esplendoroso, que nos muestra el camino que olvidamos al nacer y que a la vez nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino.

4 de julio de 2012

¿Qué nos pasó?

Lo escribí hace un par de años, cuando reflexionaba mucho sobre las cosas que pasaban en el colegio.

Siempre uno está a la expectativa de que un nuevo año es un cambio, a veces para bien y a veces para mal, depende de la mirada de cada uno. Para muchos pudo haber sido el mejor año, para otros uno normal, uno sin cambios, pero no los altera ni los emociona, para otros tal vez.. no lo fue. No siempre se puede esperar de la vida que todo se sirva en bandeja, ni el amor se sirven en bandeja, ni el esfuerzo, ni el saber, ni la amistad. Todo hay que conseguirlo, cada persona utilizando sus métodos para hacerlo, sea cual fuere, nada se sirve en bandeja. Algunos dejan pasar esos momentos en los que con un pequeño impulso de interés, de querer, de tener, pueden conseguir miles de cosas, más de las que se imaginan... pero los dejan pasar, porque total, se sienten satisfechos con lo que tienen, se sienten completos.. tal vez lo están, o no y lo disimulan muy bien. Puede ser que no vean esos momentos, porque están cegados o simplemente por tanta inocencia o desinterés en conseguirlos por no saber lo que pueden llegar a representar en sus vidas. Algunos quienes tienen cosas que consiguieron anteriormente, las pierden y las olvidan. No importa si se pierden objetos materiales -eso es lo de menos, y creo que varios deberían coincidir conmigo- sino que pierden sentimientos, pierden la esperanza, el pudor, la solidaridad, la empatía. ¿Dónde quedó el ponerse en el lugar del otro, sentir lo que el otro siente, y decir las cosas de manera que el otro no se sienta menos, no se sienta un "nadie" o no se sienta excluído? Decimos las cosas sin pensar en cómo puede afectarle a la otra persona, pensamos que lo va a tomar bien, no lo va a escuchar, o no le va a afectar o interesar... Pero ¿si a esa persona le interesa lo que decimos, si le duele lo que decimos, si lo toma literalmente? Está en todo su derecho, si total, somos nosotros los que perdimos esa empatía, no ellos, ellos en todo caso sienten nuestro egocentrismo, se sienten excluídos de nuestro mundo, que muchas veces tiene el nombre de: "¿Qué me importa lo que piensen y sientan los demás? Hago lo que quiero". Está bien, somos humanos, cada uno piensa lo que quiere pensar y dice lo que quiere decir. Pero los humanos adquieren valores que van más allá de todo lo que decimos y hacemos, de todo lo que nos rodea. ¿Y qué nos rodea? Humanos con otros valores, con otros sentimientos, que cometen los mismos errores que nosotros. Se equivocan, se caen, pero vuelven a levantarse porque creen que vale la pena hacerlo, otros que se dejan estar, porque el valor para enfrentarlos no es suficiente. Los que creen, saben seguir adelante porque valoran las acciones de los otros, pero ¿qué pueden esperar de nosotros si nuestras acciones no tienen nada que ver con la esperanza de levantarnos de nuestros errores -que cometemos una y otra y otra vez-? Los humanos no sabemos vivir sin valorar.

A muchos seguramente les costó muchos tiempo conseguir una amistad, que todavía hoy cuidan y alimentan, porque saben que de ella depende una parte de sus vida, la parte de sentirse acompañado, un conocimiento más, que de esas personas dependen algunas de sus decisiones o todas, sus alegrías, o simplemente todo. Ponen por sobre todas las cosas la amistad, porque sitieron que con ella eran valorados, eran alguien, aseguraban que vivían, porque tenían en cuenta algo que no era su propia vida solamente. A veces hasta la arriesgan, la pierden, porque sienten que la de la otra persona vale más que la propia, no está mal, mientras no se sientan un "nada".

Hoy se llama amistad a la persona que conocemos un día y al día siguiente la tenemos agregada al MSN, al Facebook, tenemos su número de celular, su dirección, todo. Y le compartimos todo lo que sabemos y sentimos, a veces sin saber cómo es. Hoy se llama amistad a la persona que conocemos un día, la odiamos y al día siguiente la queremos, la amamos. Se llama amistad a la persona que a sus espaldas denigramos, pero sin embargo, le hablamos como si no ocultáramos nada. Y después nos quejamos porque esas personas nos lastimaron, nos decepcionaron, nos denigraron, nos hicieron mucho daño, pero no podemos hacer nada... después de todo, nosotros definimos a esa persona como "nuestro amigo".

¿Cómo se deformó el sentido de la palabra Amistad, no?

Hasta las mismas personas que saben el verdadero valor de la Amistad, pierden amigos, los olvidan. Y piensan que no son ellos los que cometieron el error, o no lo aceptan y dicen que el error es nuestro. Uno a veces trata de entenderlos, tienen muchas cosas en mente, pero no perdonamos cuando lo que tienen en mente es: nada; por lo menos yo no. Eso significa que de alguna manera nos dejaron de alimentar, de cuidar. Por eso olvidaron el significado de la Amistad misma... y creen saberlo todo tal vez. No me voy a excluír tampoco de esas personas, no soy perfecta, nadie lo es, pero sé lo que duele que dejen de cuidarme como amiga, cuando yo siento que hago lo posible para brindar todo de mí, sin esperar nada a cambio. Tal vez no estoy dando todo pero no me doy cuenta, porque no tengo esas amistades que me dicen que no lo estoy dando o simplemente porque lo que doy, no es lo que esperan recibir de mí o no les alcanza. Esto me hace pensar que lo que yo siento tiene sentido. Muchas veces me canso de no esperar nada a cambio. Por lo menos, lo único que quiero, es un saludo, un ¿cómo estás?, sentir que se interesan por mí, porque les importa mi amistad.

También estuve del otro lado, del lado de la ignorancia, pero siempre tuve en cuenta el significado de la Amistad, y me culpé de todas las veces que no cuidé una Amistad realmente valiosa o no la cuidé lo suficiente, y ahora tengo miedo de perderlas todas, porque me siento así, perdida, olvidada. No del todo, pero cada día creo más en en que sí, en que yo tengo razón. Me cansé de siempre buscar yo a todos, cuando se trata de buscarnos entre todos, me cansé de mentirme que no me buscaban porque estaban preocupados por otras cosas y entenderlos, cuando en realidad en sus mentes no tenían nada. Me cansé de dar y no recibir nada, o por lo menos de no recibir mucho o de no recibir lo que yo siento que es la Amistad.

Y mi pregunta es ¿esto de sentirse así puede cambiar? ¿esto depende de mí solamente? ¿o depende de todos los que serían mis amigos?

Creía que a pesar de las circunstancias que nos dió la vida, no iba a cambiar nunca nuestra relación, nuestra amistad, nuestro cariño, pero yo siento que cada día nuestras miradas sinceras se encuentran menos, no nos vemos con los mismos ojos, y empezamos a no sentir. Que cada vez estamos más superficiales.

Y ya no doy más...

2 de julio de 2012

Pleasant silence.

Me gusta el silencio, aunque hay muchos tipos de silencio, y no todos son agradables, por lo menos para mi.
Ese silencio incómodo luego de haber dicho algo que no debería haber dicho. Ese silencio incómodo cuando descubren que hiciste algo que no deberías haber hecho. Ese silencio incómodo y vergonzoso porque te descubrieron con alguien. No me gusta el silencio después de una pelea. Ni el silencio después de un chiste. Ni el silencio que produce un exámen. Ni el silencio de estar completamente sola. Ni el silencio en una cena. Ni el silencio de una vida. Tampoco el silencio de una espera, ni el que se produce después de que termina una vida.
Me gusta el silencio de las noches, cuando estoy acostada en mi cama sintiendo la serenidad de la noche. Los silencios que causan placer. Me gusta ese en el cual intercambias miradas con una persona. Me gusta el silencio después del mediodía, cuando nos tomamos una siesta. Ese silencio segundos antes de caer dormida. Me gustan esos pequeños silencios que ocurren luego de haber dejado los pulmones en las manos de tanto reír. Los silencios a los que podemos sobrevivir aguantando las ganas de hablar. El silencio de un abrazo. El silencio que produce un beso. Ese silencio que nos hace hablar con nosotros mismos. Los silencios en las películas que enamoran, asustan, divierten.
Hay silencios que queremos que ocurran en nuestra vida, y otros que seguramente no.
Aunque también hay otros silencios a los cuales les tenemos miedo.
Y yo, al único silencio al que más le tengo miedo... es al tuyo.

A caminar...

Siempre hay una primera vez para todo dicen, así que aca estoy.
Tal vez porque siento la necesidad de escribir sobre lo que me gusta o no, sobre lo que me hace mal, sobre mis dudas, sobre mis problemas, sobre mi mundo, otro mundo, o lo que sea que se me ocurra.
Es como ponerse a reflexionar y plasmar lo que uno siente o imagina, o todas esas preguntas que uno mismo se hace y que no tienen respuestas, pero las seguimos buscando. Y así es como formamos nuestro destino, buscando respuestas, tomando decisiones, experimentando caídas, pero siempre siguiendo un camino. Ese que nos llene de alegría, de amor y optimismo. Yo estoy bucando ese camino...