2 de julio de 2012

Pleasant silence.

Me gusta el silencio, aunque hay muchos tipos de silencio, y no todos son agradables, por lo menos para mi.
Ese silencio incómodo luego de haber dicho algo que no debería haber dicho. Ese silencio incómodo cuando descubren que hiciste algo que no deberías haber hecho. Ese silencio incómodo y vergonzoso porque te descubrieron con alguien. No me gusta el silencio después de una pelea. Ni el silencio después de un chiste. Ni el silencio que produce un exámen. Ni el silencio de estar completamente sola. Ni el silencio en una cena. Ni el silencio de una vida. Tampoco el silencio de una espera, ni el que se produce después de que termina una vida.
Me gusta el silencio de las noches, cuando estoy acostada en mi cama sintiendo la serenidad de la noche. Los silencios que causan placer. Me gusta ese en el cual intercambias miradas con una persona. Me gusta el silencio después del mediodía, cuando nos tomamos una siesta. Ese silencio segundos antes de caer dormida. Me gustan esos pequeños silencios que ocurren luego de haber dejado los pulmones en las manos de tanto reír. Los silencios a los que podemos sobrevivir aguantando las ganas de hablar. El silencio de un abrazo. El silencio que produce un beso. Ese silencio que nos hace hablar con nosotros mismos. Los silencios en las películas que enamoran, asustan, divierten.
Hay silencios que queremos que ocurran en nuestra vida, y otros que seguramente no.
Aunque también hay otros silencios a los cuales les tenemos miedo.
Y yo, al único silencio al que más le tengo miedo... es al tuyo.