25 de agosto de 2012

Corazones.

"-Entonces, ¿para qué debo escuchar mi corazón?
-Porque no conseguirás jamás mantenerlo callado. Y aunque finjas no escuchar lo que te dice, estará dentro de tu pecho repitiendo siempre lo que piensa sobre la vida y el mundo.
-¿Aunque sea traicionero mi corazón?
-La traición es el golpe que no esperas. Si conoces bien a tu corazón, el jamás lo conseguirá. Porque tú conoces sus sueños y sus deseos, y sabrás tratar con ellos. Nadie consigue escapar de su corazón. Por eso es mejor escuchar lo que te dice. Para que jamás venga un golpe que no esperabas."
“Aunque proteste un poco –decía su Corazón- es porque soy un corazón de hombre, y los corazones de hombre son así. Tienen miedo de realizar sus mayores sueños porque consideran que no los merecen o no van a conseguirlos. Nosotros, los Corazones nos morimos de miedo solo de pensar en los amores que partieron para siempre, en los momentos que podrían haber sido buenos y que no lo fueron, en los tesoros que podrían haber sido descubiertos y se quedaron para siempre escondidos en la arena. Porque cuando esto sucede, terminamos sufriendo mucho”
"- Mi corazón tiene miedo de sufrir – dijo el muchacho al Alquimista, una noche en que miraban al cielo sin luna.
- Explícale que el miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento. Y que ningún corazón jamás sufrió cuando fue en busca de sus sueños, porque cada momento de búsqueda es un momento de encuentro con Dios y con la Eternidad."
“Cada hombre sobre la faz de la tierra tiene un tesoro que lo está esperando – le explicó-. Nosotros, los Corazones, acostumbramos a hablar poco de esos tesoros, porque lo hombres ya no tienen interés en encontrarlos. Sólo hablamos de ellos a los niños.. Después dejamos que la Vida encamine a cada uno hacia su Destino. Pero desgraciadamente, pocos siguen el camino que les ha sido trazado, y que es el Camino de la Leyenda Personal, y de la felicidad. Consideran el Mundo como algo amenazante y justamente por eso el Mundo se convierte en algo amenazador. Entonces, nosotros los Corazones vamos hablando cada vez más bajo, pero no nos callamos nunca. Y deseamos que nuestras palabras no sean oídas, pues no queremos que los hombres sufran porque no siguieron a sus corazones."
(Paulo Coelho - El Alquimista)